Quiero hacerte falta.
Dejarte un enorme vacío afectivo donde
no tengas más remedio que aceptar tus sentimientos por mí.
Sin definirlos pero reconociendo que viven.
Admitir tus diversas reacciones ante mí.
A veces loco de cólera, a veces completamente enternecido.
A veces con ganas de amarme, a veces con ganas de hablarme.
Sin rechazar nada pero asintiendo que todas existen.
Quiero que al final del día reconozcas,
que tengo un espacio en tu vida y que solo yo puedo llenarlo:
con mi sonrisa, con mis palabras, con mis cantos y con mi gritos.
Sin mostrarte conforme pero reaccionando sin mayores objeciones.
Quiero que finalmente ambos aceptemos que
estamos hechos el uno para el otro,
a pesar de diferencias evidentes,
a pesar de ínfimas afinidades.